La Fuerza Aérea Argentina (FAA) a lo largo de su historia ha realizado innumerables misiones que han quedado en la memoria de muchos, precisamente por el valor demostrado por sus pilotos. Aunque la mayoría de las mismas se centran en las acciones realizadas durante la Guerra por Malvinas, antes y después de éste acontecimiento también existen misiones destacadas que sirven para reflejar tanto el espíritu de la fuerza como el alto nivel de adiestramiento que contaban dichos pilotos.
Recordar esas acciones quizás sirva como aliciente o paliativo ante la difícil situación que hoy enfrenta la fuerza, pero también quizás sirva para mantener presente ése particular espíritu y vocación que hoy se ven opacado por la falta de material y por los bajos niveles de entrenamiento.
Foto ilustrativa: A-4C, Raul.H.Paz |
No sé si todo tiempo pasado fue mejor, pero en la FAA ése espíritu no debe perderse.
La historia de ésta particular acción nace en 1977, específicamente en Mayo de ése año cuando la Reina Isabel II de Gran Bretaña dio a conocer el fallo arbitral que se le había solicitado en 1971 y por cuya decisión se le cedía a Chile la soberanía sobre las islas y parte del Canal de Beagle, fallo que fue desconocido por Argentina. Esto llevó a que las relaciones entre ambos países se fueran deteriorando y todo indicaba que la única salida posible sería un enfrentamiento bélico. Ante éstas circunstancias la FAA comenzó a realizar diversos preparativos e incluso darle forma al llamado “Proyecto Dagger” que implicaba para la fuerza la adquisición de dos escuadrones de cazabombarderos supersónicos. A su vez aceleraba la puesta a punto del último sistema de combate incorporado, el A-4C Skyhawk con base en la IV Brigada Aérea de El Plumerillo. La situación se fue deteriorando rápidamente y más allá de los aprestos militares de ambos lados, también se inició una verdadera campaña mezcla de inteligencia y psicología destinada tanto a medir las fuerzas como a desafiar a las mismas, y según la historia Chile tomó la iniciativa.
A-4C Skyhawk sobre Chile
A principios de Noviembre de 1978 dos Northrop F-5E Tiger II de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) despegaron desde la base de Pudahuel en una misión nocturna muy particular. Luego de ascender a gran altitud, adoptaron curso Este, cruzaron la Cordillera de los Andes ingresando al espacio aéreo argentino y la ausencia de radares en Mendoza impidió conocer en detalle hasta donde llegaron los F-5, pero distintos relatos coinciden en que los cazas chilenos mantuvieron un curso directo hacia Capital Federal por algo más de una hora y media antes de invertir el rumbo y regresar a Chile. Este hecho fue un duro golpe para la FAA porque dejó en descubierto una gran cantidad de falencias. También tuvo impacto en la IV Brigada Aérea ya que literalmente los F-5 habían pasado sobre sus cabezas tanto a la ida como al regreso sin ser detectados y sin que pudiera realizarse acción alguna. Mientras muchos buscaban explicaciones y otros trataban de encontrar soluciones, una semana después la FACh volvió a sobrevolar territorio argentino sin que nadie los detectara.
Foto ilustrativa: JCC |
En esta oportunidad fueron dos Cessna A-37B Dragonfly que a plena luz del día llegaron hasta San Rafale (Mendoza) realizando un simulacro de ataque al aeropuerto. Nuevamente la ausencia de radares impidió que la FAA tuviera reacción alguna. Aunque las instalaciones del aeropuerto de San Rafael eran muy limitadas, su pista de 2.100 metros de longitud le permitía convertirse en un aeropuerto de dispersión de la IV Brigada Aérea distante a sólo 200 km o incluso una base de avanzada para misiones de ataque a Chile, especialmente por situarse a solamente 160 km de la frontera chilena. Tras conocerse éste segunda incursión, el clima en El Plumerillo era candente. Muchos se sentían humillados e incluso algunos reclamaban hacer algo parecido para “salvar el honor”. Lentamente en la cabeza de algunos pilotos se fue gestando la idea pero realizar una misión que significara devolverle la visita a la FACh no sería autorizada por la superioridad ya que el riesgo era altísimo a cuenta que la tensión entre ambos países se iba incrementando día a día.
El por entonces jefe de operaciones de la IV Brigada, el Capitán Piuma Justo tenia planificada una navegación con ataque simulado a un puente en Neuquén. Integrarían la partida el Capitán Puga, el Primer Teniente Dellepiane y el Teniente Eduardo Gonzalez. Piuma Justo ya tenía en mente modificar dicha misión y así se los transmitió a los demás integrantes. Obviamente era vital la reserva y el total hermetismo sobre el vuelo que iban a emprender. Los A-4C Skyhawk fueron preparados para la misión y el mejor modo de conocerla es ir directamente al relato del propio Piuma Justo:
Un buen día, a menos de 15 para desplegar a San Julián, tuve una idea mientras desayunaba con mi escuadrilla en el bar del Grupo 1 Caza.Fuimos a un aula para la RPV.El tema a estudiar era una navegación alta-baja-alta con ataque a un puente en Neuquén,que habíamos preparado el día antes.Allí, reunido con el 1 Ten.Dellepiane, el Cap.Puga(jefe de sección) y el Ten.Eduardo Gonzalez-alias "Pata de Lana"-, el mas moderno del Escuadrón, les dije que el vuelo iba a ser muy particular, que necesitaba un compromiso de honor y que asumía toda la responsabilidad de este pacto de caballeros; en contrapartida , me ofrecí a bautizarlos sobre las aguas del Pacífico.
En el MNM, vía G. Fioni |
día siguiente, la escuadrilla se reunió en el aula y brindamos con champagne. Recuerdo que les dije que si bien éste vuelo fué un paseo, también podíamos hacerlo con armamento.
Hoy, después de mas de 25 años, es una experiencia que rememoro con un poco de vergüenza profesional y que mantuve callada por muchos años, al igual que mis numerales, pero al relatarla, en lo íntimo, siento una gran satisfacción.
El 13 de Diciembre tres escuadrillas de A-4C realizaron sus despliegues hacia San Julián y Comodoro Rivadavia. La FACh siguió realizando vuelos sobre territorio argentino particularmente con los Learjet aerofotográficos a los cuales los A-4C intentaron dar caza en al menos dos oportunidades armados con misiles aire-aire Shafrir aunque sin éxito. Sin embargo nuevamente el Grupo IV participaría otra vez en una particular misión, ésta vez sí ordenada por la superioridad. Para entonces el conflicto se encontraba en una escalada permanente y se necesitaba conocer cuáles eran los tiempos de reacción de las unidades de la FACh estacionadas en la base de Punta Arenas. A tal efecto se dispuso que dos A-4C provocaran una alerta aérea en dicha base a fin de poder conocer el tipo y los tiempos de la reacción chilena.
malvinas
A-4C RASANTE SOBRE MALVINAS, FOTOGRAFIA TOMADA POR UN SOLDADO INGLES |
En la noche del 18 de Diciembre, el A-4C C-315 y el C-323 con el capitán Piuma Justo y el Teniente González a los mandos despegaron desde Río Gallegos adoptando rumbo sudeste. Tras 20 minutos de vuelo llegaron sorpresivamente a la vertical de Punta Arenas, provocando el estado de alerta en la base de la FACh. Los distintos medios de escucha argentinos pudieron conocer la reacción chilena, y sus tiempos. El objetivo se había cumplido a la perfección y los dos A-4C invirtieron el rumbo y se dirigieron directamente hacia su base de despliegue en San Julián. Por segunda vez los A-4C habían sobrevolado territorio chileno devolviendo de modo alguno la visita que la FACh había realizado sobre Mendoza.
El conflicto no se concretó, pero el Grupo IV pudo sostener con orgullo su lema que reza “Regresad con Honor” y los pilotos argentinos demostraron tener la fibra y espíritu necesario. Cuatro años después sería demostrado en combate real.
Fuentes :A-4C Skyhawk de Nuñez Padin
Tomo IV de la Historia de la Fuerza Aérea Argentina
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